domingo, 29 de noviembre de 2009

La Monja


Durante mi infancia conocí a una belleza de sangre italiana, Marce, que vivía a la vuelta de mi casa. Tenía otras hermanas muy simpáticas que también eran admiradas por el barrio, les decian ¨las monjas¨ porque sus nombres empezaban con ¨M¨ y tal vez porque eran tantas mujeres. ¨Las monjas¨ solían estar al frente de su casa con los patas de los alrededores, pero hacían honor a su nombre y solían portarse bien... hasta donde yo sé. Diría que se llevaban bien con mis hermanos y una vez nos fuímos de caminata con ellas a un oasis a las afueras de la ciudad. Allí pude admirar la belleza de estas chicas, pero me llamó la atención Marce, porque era como de mi edad y era la más sexy.
Pasaron los años y la volví a encontrar aca en Lima. Ella trabajo conmigo, lo que me dió la chance de conocerla mejor, admirar su presencia, su caminar sensual, sus escotes ¨generosos¨ y su pasión por el chicle de mora. Salí con ella un par de veces y me hacía sentir bien el estar a su lado. Ahora somos amigos y  me escribe de cuando en cuando, ella está por Europa, pasándola bien con algún afortunado.

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